El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó un texto que recibió 13 votos a favor, al que Washington describió como «histórico y constructivo» tras la votación. Rusia y China optaron por abstenerse, pero no ejercieron su poder de veto, permitiendo así la aprobación del documento. Este desarrollo marca un momento significativo en las dinámicas diplomáticas internacionales, especialmente considerando las habituales resistencias presentadas por algunas potencias del consejo.
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