Claudia Sheinbaum, como nueva líder de México, enfrenta el desafío de equilibrar crecimiento económico y justicia social, un reto global que pocos han logrado resolver. Su enfoque mezcla compromiso ideológico con una gestión moderna y científica, distanciándose tanto de los populismos de derecha e izquierda como del neoliberalismo tecnócrata. Durante el sexenio de López Obrador, logró avances sociales a expensas del estancamiento económico, una dinámica que Sheinbaum busca superar para evitar la inestabilidad social en un país marcado por la desigualdad. Su popularidad le ofrece una oportunidad única para atraer inversiones, pero el éxito dependerá de reconciliar intereses opuestos sin comprometer la legitimidad política ni el crecimiento sostenible.
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