La Sagrada Familia de Barcelona, obra maestra de Antonio Gaudí, alberga un error arquitectónico notable en la asimetría de los campanarios de la fachada del Nacimiento, resultado de un fallo en el replanteo. Este desliz técnico, desconocido para muchos, fue pasado por alto por Gaudí, quien consideró que, al igual que en el Partenón, las irregularidades pueden ser parte de la grandeza de una estructura. Ricard Opisso, colaborador cercano del arquitecto, reveló que este detalle no obedecía a simbolismos teológicos, sino a un error humano. La asimetría se mantuvo en la fachada de la Pasión para preservar la coherencia estructural, mientras que la fachada de la Gloria, prevista para 2027, promete simetría en su diseño.
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