En Detroit, la esperada «The Queen’s Ball: A Bridgerton Experience» resultó ser un fiasco para más de 1000 asistentes que pagaron entre 150 y 300 dólares por una velada que prometía recrear la elegancia de la serie británica «Los Bridgerton». La realidad fue muy distinta: un salón multiusos con decoraciones de PVC y una mujer en jersey de fútbol americano sirviendo comida cruda. Las críticas en redes sociales lo compararon con la decepcionante «Willy Wonka Glasgow Experience», destacando la similitud en su pésima ejecución. Mientras, los asistentes, en su mayoría adultos, se sintieron estafados por una organización que no cumplió las expectativas y dejó en evidencia la vulnerabilidad de los consumidores, incluso en eventos aparentemente sofisticados.
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