El ciclón, clasificado como categoría tres, ha llegado a tierra firme durante la noche, desencadenando una operación de evacuación obligatoria que afecta a 5,5 millones de personas. Las autoridades han implementado medidas de emergencia para garantizar la seguridad de los residentes en las áreas más vulnerables al impacto del fenómeno natural. Las agencias de gestión de desastres trabajan a contrarreloj para coordinar los esfuerzos de evacuación y resguardo, mientras que se han habilitado refugios temporales para quienes se ven obligados a abandonar sus hogares. La situación sigue de cerca, dado el potencial destructivo del ciclón y las posibles consecuencias en infraestructura y servicios básicos.
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