En los últimos tiempos, la moda de lujo está viviendo un cambio de paradigma respecto a sus eventos y la relación con los influencers. Ante la reducción de aforos en desfiles, las grandes marcas están optando por crear una atmósfera más exclusiva y restringida, rescatando el aura de privilegio perdido en la última década. La estrategia busca revitalizar la aspiración en el lujo y contrarrestar la sobreexposición en redes sociales que habría diluido el valor de lo exclusivo. Influencers tradicionales han sido desplazados por nuevos líderes de opinión entre deportistas, artistas y ejecutivos, centrando el interés en logros y narrativas personales más que en la mera influencia. Además, marcas están volviendo a valorar a los clientes importantes por su contribución directa al negocio. Este giro refleja un intento de las firmas de reorientar su discurso digital y destacar más la autenticidad e historias, en contraste con el enfoque superficial previo.
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