La situación actual de la sanidad pública en España se convierte en un tema de debate candente debido a la creciente crisis que enfrenta, agravada por la continua salida de médicos hacia el extranjero o el sector privado. A pesar de contar con más médicos por habitante que la media europea, la precariedad del Sistema Nacional de Salud (SNS) se hace cada vez más evidente, poniendo en riesgo no solo la calidad de la atención al paciente, sino también la propia estabilidad del sistema.
Los facultativos denunciamos una alarmante falta de derechos laborales que nos convierte en trabajadores de segunda categoría. A diferencia de otros sectores en España, nosotros carecemos de garantías en cuanto al descanso y la conciliación familiar. Esto se traduce en una explotación sistemática, donde las horas extra se pagan por debajo de la tarifa ordinaria, una situación insostenible que presiona a muchos profesionales a abandonar el SNS.
La Administración, en lugar de abordar las verdaderas problemáticas que enfrentamos, busca silenciar nuestras voces y devaluar nuestro papel dentro del proceso asistencial. Al tratar de repartir nuestras responsabilidades entre otros profesionales, solo han conseguido acelerar la caída del sistema, complicando aún más la situación.
La reciente propuesta de la ministra Mónica García de aprobar un nuevo Estatuto Marco, que perpetúa la explotación laboral que hemos denunciado, ha provocado un malestar considerable. A pesar de algunos avances presentados en la última propuesta, la retirada de la misma como represalia a nuestra huelga programada demuestra una falta de interés en una negociación genuina. La mesa del Ámbito en la que médicos y facultativos no tenemos representación efectiva se ha convertido en un mero trámite, donde nuestra voz resulta irrelevante.
Además, los sindicatos que forman parte de esta mesa han convocado huelgas en un intento de exigir negociaciones justas y sin discriminaciones, pero su antagonismo hacia nuestro comité de huelga revela una falta de unidad que no beneficia a nadie. La paradoja de la situación es clara: se convoca una huelga para que no se hable con nosotros, cuando la necesidad de una negociación conjunta es más evidente que nunca.
Lo que realmente está en juego es el futuro de la profesión médica y, por extensión, del SNS. Nuestra movilización no cesará hasta que logremos un Estatuto que respete nuestra labor, que reconozca nuestros derechos y que garantice la calidad del servicio sanitario. Tanto el Ministerio de Sanidad como el Consejo Interterritorial deben asumir su responsabilidad en esta crisis y actuar antes de que sea demasiado tarde. El momento de cambiar esta dinámica es ahora, y dependerá de ellos tomar las riendas para evitar un desastre que podría ser irreversible.
Firmado por Rafael Ojeda, presidente del Sindicato Médico Andaluz y miembro del Comité de Huelga de SMA y CESM.
Fuente: Sindicato Médico Andaluz.
