En medio de un escenario político complejo y lleno de incertidumbres, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, y la ministra laborista de Economía, Rachel Reeves, han unido fuerzas para abordar las repercusiones negativas del Brexit en el Reino Unido. La reciente reelección de Donald Trump en Estados Unidos, que amenaza con una guerra comercial transatlántica, ha incrementado la urgencia de mejorar las relaciones con la Unión Europea. Keir Starmer, primer ministro británico, busca fortalecer la cooperación con Bruselas sin revertir el Brexit. A pesar de los intentos de acercamiento, el Reino Unido enfrenta un aislamiento económico, debido a su salida del mercado comunitario y a la difícil relación con Washington. Bailey subraya que, aunque el impacto del Brexit ha afectado principalmente al comercio de bienes, ofrece oportunidades para reconstruir lazos internacionales, abogando por ajustes en los controles y el reconocimiento de cualificaciones profesionales conforme a las cláusulas del actual acuerdo con la UE.
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