Friedrich Merz, el próximo canciller de Alemania, enfrenta el desafío de dirigir un país en crisis, con una ultraderecha en ascenso y un escenario internacional incierto. A través de un gobierno de coalición con la CDU-CSU y los socialdemócratas, busca estabilizar y modernizar Alemania. El nuevo acuerdo gubernamental, que incluye reformas económicas y en inmigración, se centra en revitalizar la economía y reducir la burocracia. La coalición también se compromete a incrementar el gasto en defensa e infraestructuras, y establecer un Consejo de Seguridad Nacional para fortalecer la posición de Alemania en Europa y frente a amenazas como Rusia. En un clima de desafección con los partidos tradicionales, Merz se propone revertir la creciente simpatía hacia la ultraderecha, liderando un gobierno que priorice el bienestar nacional y la unidad europea.
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