En la segunda temporada de «El juego del calamar», el jugador 456, Gi-hun, regresa a la competición, enfrentando una rebelión que culmina en la ejecución de su amigo. La tercera temporada comienza con solo 60 jugadores y un nuevo y mortal juego de escondite que reduce aún más los participantes. Entre los eventos más destacados, una madre asesina a su hijo para proteger a su amiga, lo que lleva a los jugadores restantes a un juego de saltar la comba, dejando solo a nueve participantes para el final. El enfrentamiento culmina cuando 456 se sacrifica para que un bebé gane el premio, mientras los supervivientes intentan huir de la isla. Tramas paralelas incluyen la infiltración de Kang No-eu en los vigilantes para reunirse con su hija, y el rescate del bebé por el anfitrión. Finalmente, un epílogo muestra al anfitrión entregando el premio de 456 a su hija en Los Ángeles, donde también se insinúa una nueva versión del juego en Estados Unidos.
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