En su segundo mandato, Donald Trump está implementando una estrategia que lleva al límite su modo de operar: «inundar la zona». En menos de 100 días, ha intensificado su táctica de saturar la agenda pública con un aluvión de declaraciones y medidas, logrando captar la atención de la opinión pública e inquietar a la oposición y los medios. Esta estrategia le permite presentarse como un líder eficiente frente a unas élites que tacha de ineficaces. El resultado ha desorientado a sus adversarios políticos y dejado a los ciudadanos con una sensación de ansiedad, reflejando un ritmo acelerado sin precedentes en la política estadounidense e internacional.
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