Adam Keller, veterano activista y rostro visible de «Gush Shalom», sigue luchando contra la represión israelí hacia los palestinos, manifestándose en Tel Aviv. Con un largo historial de resistencia, incluyendo prisión por objeción de conciencia y pintadas pacifistas en tanques, Keller denuncia la agresión de Hamás, pero también critica la desmesurada respuesta israelí. A pesar de la creciente radicalización en la sociedad israelí y la división étnica interna, el activista mantiene una esperanza moderada en encontrar una solución al conflicto a través de la presión internacional y acuerdos justos, aunque reconoce que la paz definitiva parece aún lejana y compleja.
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