La tormenta, descrita por meteorólogos como un «monstruo meteorológico», ha causado devastación en Haití y República Dominicana, dejando tras de sí un rastro de destrucción en ambas naciones caribeñas. La magnitud del fenómeno ha precipitado medidas de emergencia mientras autoridades y equipos de rescate trabajan intensamente para abordar los daños y necesidades urgentes de los afectados. La situación continúa siendo crítica, con fuertes vientos y precipitaciones que complican los esfuerzos de recuperación en la región.
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