Dos semanas después de la histórica elección de jueces en México por voto popular, el INE concluyó el conteo de 458.7 millones de sufragios, con sólo un 13% de participación ciudadana. Pese a la baja participación y las irregularidades señaladas, como la distribución de “acordeones” coincidentes con resultados, el proceso avanza con la entrega de constancias a los ganadores, quienes deben pasar filtros de fiscalización e idoneidad antes de asumir el 1 de septiembre. La elección, defendida por la presidenta Claudia Sheinbaum, enfrenta críticas de organismos internacionales como la OEA, que desaconseja replicar el modelo debido a sus múltiples fallas. La próxima etapa incluye la resolución de impugnaciones antes del 28 de agosto y la implementación del protocolo “8 de 8 Contra la Violencia” para asegurar la integridad de los nuevos nombramientos.
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