El enigmático caso de Pablo González, conocido también como Pavel Rubtsov, entra en fase judicial este 25 de noviembre en el Tribunal de Distrito de Varsovia, aunque sin audiencias públicas debido a la sensibilidad del material de espionaje involucrado. Acusado de trabajar para la inteligencia rusa y perjudicar a Polonia, su presencia es improbable tras un intercambio de prisioneros que le permitió regresar a Moscú, donde fue recibido por Vladimir Putin. Aunque el tribunal examina las circunstancias de su liberación y la posibilidad de juicio en ausencia, el acuerdo secreto que facilitó su salida puede complicar su aprehensión, pese a una posible orden de arresto internacional. De ser hallado culpable, enfrenta hasta quince años de cárcel por su supuesta participación en operaciones de inteligencia rusa desde 2016.
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