Las siete maravillas del mundo antiguo representaron logros monumentales de arquitectura y escultura, veneradas por autores griegos del período helenístico. La lista definitiva surgió en el siglo XVI con las pinturas de Maerten van Heemskerk. Hoy, solo la Gran Pirámide de Guiza permanece, habiendo resistido la pérdida de su revestimiento de piedra caliza y el paso del tiempo. Las otras maravillas, incluido el Faro de Alejandría, el Coloso de Rodas, y los Jardines Colgantes de Babilonia, fueron destruidas por terremotos, incendios y saqueos. La estatua de Zeus y el Mausoleo de Halicarnaso compartieron destinos de destrucción, mientras que el templo de Artemisa fue víctima de un pirómano y saqueadores. Estos tesoros históricos continúan fascinando al mundo moderno, simbolizando la grandeza y la transitoriedad del ingenio humano.
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