Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, el conflicto ha escalado a una guerra prolongada con alta tecnología militar y un significativo costo humano. Rusia ha utilizado una amplia gama de armas avanzadas, mientras que Ucrania ha contado con el respaldo occidental mediante armas e inteligencia. En este escenario, el dron ruso Geran-3 (Shahed-238) se destaca por sus capacidades letales, gracias a componentes internacionales hallados en su interior tras ser desmantelado por Ucrania. El dron incluye tecnología de origen iraní y elementos de múltiples países, como un motor chino y microchips occidentales, lo que cuestiona la efectividad de las sanciones internacionales a Rusia.
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