La expresión «¡Mátame, camión!», ampliamente utilizada en España para exagerar situaciones absurdas, tiene su origen en la película de 1989 «Amanece, que no es poco», dirigida por José Luis Cuerda. Esta frase se popularizó a partir de una escena donde un personaje, en una situación cómica y surrealista, suplica ser atropellado por un camión. A lo largo de más de 30 años, la expresión se ha incorporado al lenguaje cotidiano, destacando el impacto cultural del cine español en el refranero popular. Aunque tal vez no tenga tanta fama como las últimas tendencias de plataformas como Netflix, la película sigue siendo un referente cultural, evidenciando cómo el cine contribuye al desarrollo y evolución del idioma.
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