El Papa Francisco recibió al vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, en su residencia en el Vaticano, en un breve encuentro donde ambos intercambiaron felicitaciones por el Domingo de Resurrección. Aunque envuelto en la diplomacia, el encuentro fue marcado por sus diferencias sobre la política de deportación de migrantes del gobierno de Donald Trump, un tema que ha sido una piedra angular del pontificado de Francisco. Después del encuentro, a pesar de su reciente convalecencia por una neumonía, el Papa impartió la bendición ‘Urbi et Orbi’ en la Plaza de San Pedro, donde pronunció un mensaje pascual que lamentó el desprecio hacia los más débiles y pidió paz en regiones conflictivas como la Tierra Santa y Ucrania. Además, Francisco no participó en los ritos de Semana Santa debido a su estado de salud, pero mostró su cercanía a los reclusos visitando una prisión en Roma. El Vaticano también lamenta los recortes de la Administración Trump a la cooperación internacional.
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