El Papa Francisco concluyó su viaje por Luxemburgo y Bélgica con una misa en el Estadio del Rey Balduino en Bruselas, donde volvió a condenar los abusos dentro de la Iglesia, instando a juzgar a los culpables y exhortando a las víctimas a denunciar. También pidió el alto al fuego en Gaza, Líbano y el fin de la guerra en Ucrania. Ante unos 30.000 asistentes, enfatizó que no hay lugar para encubrir abusos y aplaudió la valentía del Rey Balduino por no firmar la ley del aborto en 1990. En la Universidad de Lovaina, sus comentarios sobre el papel de la mujer suscitaron debate. Además, recordó la beatificación de Ana de Jesús, monja carmelita española, destacando su vida de fe y caridad.
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