Desde su elección el pasado 8 de mayo, el Papa León XIV ha recibido un aluvión de cartas y muestras de afecto desde todos los rincones del planeta, con el Vaticano como destino incesante. La mayoría de estas comunicaciones provienen de niños y ancianos, quienes, según el responsable del centro postal del aeropuerto de Fiumicino, son personas más «analógicas», distantes del entorno digital. Este fenómeno destaca el profundo impacto emocional que el nuevo pontífice ha generado en diversos sectores de la sociedad global.
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