En un acontecimiento notable, el actual Pontífice retomó la tradición de presidir la misa de Nochebuena en sus primeras Navidades como líder de la Iglesia Católica, una práctica que no se observaba desde 1994, cuando fue llevada a cabo por el Papa Juan Pablo II. Esta decisión subraya la importancia de mantener ciertas tradiciones dentro de la Iglesia, y destaca el papel del Pontífice en eventos de gran significado religioso y comunitario. Con esto, se busca fortalecer el vínculo entre el Vaticano y los fieles durante una de las celebraciones más emblemáticas del cristianismo.
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