En Bruselas, las autoridades han manifestado su oposición a una propuesta de reglamento que permitiría a las aerolíneas imponer cargos adicionales a los pasajeros, extender los tiempos mínimos de retraso necesarios para compensaciones y penalizar cambios en las reservas. Esta medida ha sido criticada por organismos de protección al consumidor, quienes argumentan que socavaría los derechos de los usuarios y favorecería únicamente a las compañías aéreas. La ofensiva regulatoria ha generado un debate sobre la protección al consumidor en el transporte aéreo y la regulación justa del sector.
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