La selección de candidatos a comisarios de la Unión Europea está bajo escrutinio debido a acusaciones de conflictos de interés y falta de transparencia. La Comisión de Asuntos Jurídicos, que evalúa a los candidatos, posee un poder limitado, ya que se basa únicamente en las declaraciones de los aspirantes, que a menudo son menos detalladas que las de los eurodiputados. Críticas surgen desde diversas facciones políticas, destacando los vínculos de algunos candidatos con sectores privados o antecedentes controvertidos, como es el caso del holandés Wopke Hoekstra con la petrolera Shell. A pesar de estas preocupaciones, el proceso sigue adelante con audiencias programadas entre el 4 y 12 de noviembre y una posible votación del pleno al final de ese mes, lo que atrasaría la puesta en marcha del nuevo equipo hasta el 1 de diciembre, a cargo de Ursula Von der Leyen.
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