El Pentágono iniciará el despido de miembros transgénero de sus filas el próximo mes, con aproximadamente 1,000 personas que ya han decidido abandonar voluntariamente sus puestos, según informó el portavoz Sean Parnell. El Departamento de Defensa emitirá una guía prohibiendo el acceso a personas con disforia de género, permitiendo solo el tratamiento médico necesario. Se ha dado un plazo de 30 días para que el personal activo solicite bajas voluntarias y 60 días para los reservistas, con separaciones involuntarias planeadas posteriormente. Esta medida sigue a una orden del Tribunal Supremo que apoya la directiva presidencial de exclusión trans en las fuerzas militares, justificándolo como una cuestión de seguridad nacional. Según el secretario de Defensa, Pete Hegseth, esta es la política promovida por el presidente y respaldada por el electorado.
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