El concepto de estatus ha evolucionado, pasando de tener una casa en La Moraleja a acumular muchas visitas en videos de tendencias diarias como ‘mi look para hoy’. En este nuevo universo, ser pijo se ha convertido en una puesta en escena constante. Sin embargo, tras esta fachada de autenticidad y estética casual, a menudo persiste una tensión entre aspiraciones y realidad, reflejando un deseo insatisfecho de alcanzar un ideal.
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