La disolución del grupo armado podría impactar las dinámicas de seguridad y poder en Siria e Irak. Las implicaciones de esta desintegración incluyen posibles vacíos de poder, el reagrupamiento de fuerzas beligerantes y una alteración en los equilibrios regionales de influencia, lo que incrementaría las tensiones existentes y afectaría a la estabilidad de ambos países. La comunidad internacional observa atentamente los desarrollos futuros para evaluar sus efectos en la región.
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