Alberto Núñez Feijóo ha endurecido su discurso en un intento por captar el «voto que se va» debido a la «inflamación» política. En un contexto de creciente tensión, busca atraer a los desencantados con la situación actual, subrayando los problemas que afectan al país y prometiendo un enfoque firme y decidido para resolverlos. Esta estrategia responde a la necesidad de fortalecer su posición y consolidar el apoyo que, según él, está en riesgo de dispersarse por el clima político polarizado.
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