La alta abstención en las elecciones presidenciales de Argelia ha erosionado el protagonismo de Abdelmadjid Tebboune, quien, a pesar de lograr el 94,65% de los votos, se enfrenta a cuestionamientos sobre la salud democrática del país. Con una participación del 48,03%, ligeramente superior a la de 2019, los comicios fueron criticados por organismos como Amnistía Internacional, que denuncian un clima de «miedo y censura». Tebboune, que ha buscado mejorar las condiciones sociales a través de los ingresos del petróleo y el gas, afronta desafíos económicos y políticos tanto a nivel local como internacional, mientras Argelia intensifica sus tensiones con vecinos y socios occidentales.
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