El Proyecto DUSTER supera con éxito su revisión final y avanza en el control del polvo lunar

Con el regreso a la Luna de múltiples misiones espaciales en el horizonte, uno de los desafíos más significativos para la exploración es el polvo lunar. Estas pequeñas partículas, que están cargadas eléctricamente, representan un riesgo tanto para la salud humana como para el correcto funcionamiento de los equipos e instrumentos desplegados en la superficie lunar.

Dentro de este contexto, se desarrolla la misión DUSTER, que corresponde a las siglas de Dust Study, Transport, and Electrostatic Removal for Exploration Missions. Este proyecto europeo, que incluye la participación del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), busca investigar el comportamiento del polvo cargado y desarrollar herramientas para su control. En junio pasado, el proyecto superó con éxito su revisión final, un proceso en el que expertos de la Comisión Europea valoraron positivamente los avances alcanzados y ofrecieron directrices para continuar su desarrollo. Carmen Pastor, ingeniera del IAA-CSIC, destacó que se ha logrado alcanzar el Nivel 4 de Madurez Tecnológica (TRL 4), el cual es un paso estratégico en el camino hacia la misión espacial.

El polvo lunar considerado en DUSTER es extremadamente fino, con partículas de tan solo unas milésimas de milímetro, y su carga eléctrica les permite adherirse con fuerza a cualquier superficie. Para mover estas partículas de manera controlada, se generan campos eléctricos que desplazan el polvo en diferentes direcciones, mientras se mide la corriente eléctrica producida por su movimiento con electrodos especialistas. La variabilidad del comportamiento del polvo en función del entorno espacial es notable: en la Luna, el polvo del lado iluminado se carga positivamente, mientras que en la sombra adquiere carga negativa.

Los experimentos de la misión permiten recopilar datos esenciales sobre la carga eléctrica, temperatura y campo eléctrico en la superficie. El consorcio DUSTER, que incluye a instituciones como el Instituto Real Belga de Aeronomía Espacial (BIRA) y la Oficina Nacional de Estudios e Investigaciones Aeroespaciales (ONERA), ha desarrollado un instrumento clave para estudiar el polvo lunar en una cámara de vacío que simula las condiciones en la superficie lunar.

En menos de dos años, y a través de una colaboración internacional, se ha logrado la validación de este instrumento, que utiliza un polvo simulador del regolito lunar. El IAA-CSIC ha sido un actor fundamental en el diseño y construcción del sistema electrónico y de control del instrumento, desarrollando la unidad de procesamiento, la fuente de alimentación, así como el software necesario.

Las pruebas en la cámara de vacío han permitido al equipo entender mejor cómo se carga eléctricamente el polvo lunar, y a establecer un protocolo experimental que permitirá caracterizar el polvo en condiciones lunares. Estos avances son vitales para desarrollar tecnologías que mitiguen los efectos del polvo lunar en futuras misiones espaciales.

Con la finalización de la revisión del proyecto, DUSTER se encuentra en una etapa crucial que permitirá avanzar en su aplicación práctica. Entre los siguientes pasos se incluyen la exploración de pruebas bajo condiciones de microgravedad y el diseño de futuras misiones espaciales en las que se pueda instalar una versión mejorada de DUSTER. Así, se prevé optimizar su diseño y funcionalidad, contribuyendo significativamente a los retos de la exploración espacial y del control del polvo en entornos como la Luna, Marte y otros cuerpos celestes.

Fuente: Instituto de Astrofísica de Andalucía

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