En las recientes elecciones municipales portuguesas, el partido de extrema derecha Chega ha consolidado su posición como la tercera fuerza política del país. A pesar de su avance en el ámbito nacional, su influencia se limita principalmente a pequeños municipios, donde logrará gobernar a nivel local. Esta situación refleja un crecimiento en apoyo, aunque todavía insuficiente para tener un impacto significativo en las principales áreas urbanas.
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