La dirección del PSOE enfrenta una creciente indignación interna tras la gestión de las denuncias de acoso sexual contra Francisco Salazar, ex alto cargo del partido y de La Moncloa. A pesar de una reunión de urgencia encabezada por Pilar Bernabé, secretaria de Igualdad del PSOE, el descontento se mantuvo, y se planteó llevar el caso a la fiscalía. Las denuncias, presentadas hace seis meses, fueron consideradas con indicios de violencia de género. Por su parte, el partido afirmó que las denuncias no desaparecieron y promete una reunión presencial con servicios jurídicos. La secretaria de Organización, Rebeca Torró, no participó en la reunión, y Salazar ya había renunciado a su ascenso. La falta de comunicación con las denunciantes y la percepción de insuficiencia en la acción han avivado las críticas, afectando al PSOE en un momento crítico con elecciones próximas. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, urgió una mayor rigurosidad en la selección de cargos para evitar conductas machistas en la organización.
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