En España, el sector inmobiliario se enfrenta a un complejo entramado fiscal que abarca diversas etapas del proceso de adquisición y gestión de propiedades. Los tributos existentes afectan desde la compra del terreno, pasando por la construcción y promoción de inmuebles, hasta su posterior transmisión. Esta carga impositiva, que comprende impuestos específicos en cada fase, incide significativamente en el coste final de las viviendas y plantea desafíos tanto para los compradores como para los desarrolladores del sector.
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