Originalmente una prenda de abrigo utilizada por los campesinos de las montañas austríacas para protegerse del frío, este atuendo fue adoptado por un archiduque y así hizo su entrada en la corte de Viena. Con el tiempo, el abrigo encontró lugar en el armario de la princesa Diana y ahora ha sido reinterpretado en el street-style de Milán. Los expertos aseguran que su actual popularidad está justificada, señalando que quienes lo visten demuestran un conocimiento del estilo «pijo».
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