Las autoridades rusas han anunciado un refuerzo de las medidas de seguridad en la región de Rostov, tras los recientes ataques y bombardeos en la zona, atribuibles a la escalada del conflicto con Ucrania. La policía y fuerzas de seguridad han incrementado sus controles y patrullajes en los puntos estratégicos, mientras los residentes se preparan para nuevas restricciones. El clima de tensión ha generado una oleada de evacuaciones y ha afectado el suministro de servicios esenciales, creando una situación crítica que mantiene a la población en un estado de incertidumbre y alerta constante.
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