El 5 de octubre de 2017, el Banco Sabadell anunció el traslado de su sede a Alicante en medio de la tensión política por el desafío independentista en Cataluña. En ese momento, su presidente, Josep Oliu, comunicó la decisión a Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, quienes manifestaron su preocupación por el éxodo empresarial que se desató posteriormente en la región. Unos años después, el regreso del Sabadell a Cataluña ha reavivado el debate sobre la conveniencia para las empresas que abandonaron la región de volver a sus orígenes. Mientras Salvador Illa, actual president, considera la mudanza como un signo de normalidad y avance, líderes independentistas como Puigdemont y Gabriel Rufián critican esta calificación de normalidad, viéndola como propagandística. Aunque algunas empresas han regresado desde entonces, muchas se mantienen cautelosas, viendo riesgos en volver, como apuntan fuentes de la Generalitat. El presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, ha celebrado el retorno del Sabadell y anticipa que otras firmas seguirán su ejemplo en los próximos meses. Sin embargo, queda en suspenso el posible regreso de La Caixa y otras grandes compañías.
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