El monarca español ha visitado China por primera vez en 18 años, en un viaje que ha sido meticulosamente preparado por el Gobierno de Sánchez como parte de una ofensiva diplomática hacia Pekín. La intención es fortalecer una nueva relación con el régimen de Xi Jinping que trascienda el ámbito comercial, marcando un hito significativo en las relaciones bilaterales entre ambos países.
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