La actual confrontación entre presidentes en América ha suscitado dudas sobre la eficacia y utilidad de sus encuentros bilaterales y multilaterales. A medida que se intensifican las tensiones políticas entre varios países de la región, expertos y analistas cuestionan si estas reuniones están cumpliendo sus objetivos de fomentar la cooperación y resolver conflictos. Con cada cumbre internacional, las expectativas de resultados concretos se ven ensombrecidas por desacuerdos y falta de consenso, lo que plantea serios interrogantes sobre el futuro de la diplomacia en el continente.
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