Las croquetas caseras, un ícono de la gastronomía española, han encontrado un giro inesperado gracias al ingenio de Alfonsa, una cocinera veterana que revoluciona la tradicional receta. Su técnica se centra en la cebolla, ralada finamente y cocinada sin aceite para intensificar su sabor antes de añadirla a la bechamel. Esta caramelización resulta en una base dulce y profunda que realza el resto de los ingredientes, como el pollo desmenuzado y la nuez moscada. Alfonsa sugiere trabajar simultáneamente el relleno y la salsa para optimizar la textura. Después de refrigerarla, las croquetas se moldean, se empanan y se fríen en abundante aceite, resultando en un bocado crujiente con un sabor excepcionalmente concentrado. Este enfoque innovador demuestra que pequeñas modificaciones pueden transformar un plato clásico en una experiencia gastronómica inigualable.
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