La rectora de la Universidad de Granada (UGR), Pilar Aranda, ha presentado recientemente el supercomputador Albaicín, una avanzada máquina que promete revolucionar la investigación científica en Andalucía y consolidar a la UGR como un referente nacional en computación de altas prestaciones. Con un rendimiento pico de 822 teraflops, Albaicín se erige como uno de los 10 ordenadores más potentes de España.
El nuevo supercomputador servirá a 125 grupos de investigación y más de 500 investigadores, abarcando una amplia gama de disciplinas que van desde estructuras biomoleculares hasta modelos de inteligencia artificial. La delegada de la rectora para la Universidad Digital, Begoña del Pino Prieto, subraya que la supercomputación es un «elemento decisivo para impulsar la investigación, la innovación y la transferencia de alto nivel».
Óscar Cordón García, catedrático del Departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, destacó el avance continuo de la UGR en supercomputación desde hace 30 años. El nuevo equipo, compuesto de 170 nodos fabricados por Huawei, cuenta con 9.520 núcleos de procesadores Intel de última generación y una red Infiniband de muy baja latencia.
El jefe de servicio del CSIRC-Sistemas de Investigación y Supercomputación, Jesús Rodríguez Puga, señaló el salto cualitativo de este nuevo ordenador comparándolo con sus predecesores, UGRGrid y Alhambra. «Albaicín multiplica por 200 la potencia de UGRGrid y por 20 la de Alhambra, elevando la capacidad de cálculo de la UGR a unos impresionantes 822 teraflops», explicó.
Este avance es crucial para proyectos como los de Blanca Biel Ruiz, del Departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear, quien utiliza la supercomputación en simulaciones cuánticas para estudiar materiales bidimensionales y mutaciones en ácidos nucleicos. «La supercomputación es esencial para detectar posibles enfermedades a través de nuestras simulaciones», afirmó Biel.
Carlos Abia, del Departamento de Física Teórica y del Cosmos, también se beneficia del poder de Albaicín en sus estudios sobre la evolución de estrellas en la fase final de su existencia y la interacción planetaria. «Para simular colisiones y estudiar la composición química de las estrellas, necesitamos equipos extremadamente potentes», apuntó Abia.
Mirando hacia el futuro, el Servicio de Supercomputación de la UGR se prepara para acoger instalaciones científicas de alto nivel, como el acelerador de partículas IFMIF-DONES, posicionando a Granada como un epicentro de la inteligencia artificial a nivel nacional e internacional.