En 2023, el Papa Francisco reveló que su sepultura no será en las tradicionales Grutas Vaticanas, sino en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Esta decisión, motivada por su devoción a la Virgen Salus Populi Romani, incluye la preparación de una capilla discreta en el lugar, anteriormente utilizada como almacén. Santa María la Mayor, una histórica basílica papal, ya alberga los restos de antiguos papas y es clave en el peregrinaje a las siete iglesias de Roma. La edificación destaca por su patrimonio arquitectónico y riqueza espiritual, con elementos como su imponente nave central adornada con mosaicos del siglo V y un techo de oro renacentista. La elección de Francisco simboliza su deseo de un entierro humilde, en consonancia con su vida y ministerio pastoral.
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