«El Quijote», una obra fundamental en la literatura mundial, no solo ha influido en refranes populares, sino también en la gastronomía española. El gazpacho manchego, un guiso caliente típico de La Mancha, aparece en la obra de Cervantes, sirviendo de alimento a Sancho Panza y Don Quijote. Este plato, derivado del término toscano «guazpacho», es elaborado con torta cenceña y carne de caza. Aunque difiere del conocido gazpacho andaluz, representa la rica tradición culinaria manchega. A través de la obra, Cervantes inmortaliza otros platos históricos como la olla podrida y el salpicón, subrayando la dieta popular de la época.
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