En una maniobra reminiscentemente similar a la observada durante la pandemia, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha adoptado nuevamente una postura que sus críticos califican de evasiva, al recurrir a la presencia de las fuerzas de seguridad para desplazar la atención y eludir la responsabilidad respecto a la situación de abandono que enfrenta Valencia. Este enfoque ha generado una serie de reacciones y cuestionamientos sobre su compromiso en la gestión de los problemas que afectan a la comunidad, avivando el debate sobre la eficacia y transparencia de su liderazgo en tiempos de crisis.
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