En la región de Provenza, Francia, se desarrolla un juicio impactante contra 51 hombres acusados de violar repetidamente a Gisèle Pelicot a lo largo de una década, con su esposo, Dominique Pelicot, actuando como cómplice al drogarla. Denominado «el Monstruo de Mazan», Dominique orquestó las agresiones invitando a desconocidos a través de un chat llamado «Contra su voluntad». Gisèle ha mostrado un notable coraje al renunciar a su anonimato, buscando alentar a otras víctimas a denunciar. A pesar de la evidencia, 35 acusados niegan los cargos. Este caso podría impulsar cambios en la legislación francesa, al igual que el caso «La Manada» hizo en España, subrayando la importancia del consentimiento explícito. La comunidad ahora enfrenta cuestionamientos sobre el silencio cómplice y la falta de denuncia previa frente a estos actos atroces.
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