La vicepresidenta Kamala Harris concluyó su campaña en Filadelfia antes de las elecciones, disputando estados clave con su rival Donald Trump. En su discurso final, pronunciado en las icónicas escalinatas de «Rocky,» Harris subrayó su experiencia desde sus inicios en California, prometiendo una agenda política enfocada en el acceso universal a la salud. Enfatizó el poder del voto en una elección «históricamente cerrada», instando a los estadounidenses a buscar un «nuevo liderazgo» que desafíe años de políticas de división. Harris, sin mencionar a Trump, remarcó la importancia de esta cita electoral como la más crucial para el futuro del país, animando a los votantes a hacer sentir su voz en las urnas.
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