En un acto solemne en el Vaticano, la reina Letizia brilló vestida de blanco, con mantilla pero sin peineta, durante la misa de inicio de pontificado de León XIV. Este privilegio está reservado para reinas católicas entre las invitadas. Los reyes de España, situados en un lugar prominente en la Plaza de San Pedro, llegaron temprano y saludaron a numerosas delegaciones internacionales, incluyendo al presidente ucraniano Zelenski y los príncipes de Mónaco. Después de la misa, donde León XIV recibió el anillo del pescador y el palio, los monarcas españoles expresaron sus mejores deseos al nuevo Papa, esperando recibirlo pronto en España. La ceremonia contó con la presencia de alrededor de 200,000 personas y 150 delegaciones internacionales.
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