Un evento político sin precedentes se desarrolló durante la cumbre climática donde líderes mundiales discutieron estrategias para combatir el cambio climático. En el centro de las conversaciones, destacaron los compromisos de varias naciones para reducir las emisiones de carbono y fomentar el uso de energías renovables, en un esfuerzo conjunto para mitigar el impacto ambiental y promover un desarrollo más sostenible. La cumbre también fue escenario de tensiones diplomáticas, ya que algunas potencias emergentes manifestaron su necesidad de un equilibrio entre crecimiento económico y protección ambiental. Observadores internacionales subrayaron la importancia de este encuentro para definir acciones concretas en la lucha contra el calentamiento global en los próximos años.
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