Elon Musk ha vuelto a sacudir el panorama de la inteligencia artificial con una declaración impactante: Tesla no solo está desarrollando sus propios chips de IA, sino que su objetivo es producirlos en un volumen mayor que todos los demás fabricantes combinados. Esta ambiciosa meta desafía el dominio actual de empresas como NVIDIA en el nicho de aceleradores para centros de datos y modelos de IA generativa.
En un mensaje publicado en X, Musk ha recordado que Tesla cuenta con un equipo de ingeniería avanzada para el desarrollo de chips de IA, que ya ha diseñado y desplegado varios millones de estos componentes tanto en sus vehículos como en centros de datos. Estos chips son fundamentales para el sistema de conducción asistida de Tesla y para el controvertido Full Self-Driving (FSD). Actualmente, los vehículos de la marca utilizan el chip AI4, y la compañía está en la fase final del diseño del AI5, mientras que ya se trabaja en el AI6.
El objetivo declarado de Tesla es lanzar una nueva generación de chips de IA cada 12 meses, un plan que contrasta con los ciclos de desarrollo de la industria de semiconductores, donde los avances significativos suelen espaciarse varios años. La afirmación de Musk de superar en volumen de producción a empresas como NVIDIA, AMD, Intel y Qualcomm es llamativa y refleja su confianza en el crecimiento de Tesla.
El propio Musk ha insistido en que Tesla no es solo un fabricante de coches, sino una compañía de inteligencia artificial y robótica. Según él, estos chips permitirán a Tesla liderar en lo que llama “IA del mundo real”, tecnologías que interactúan con entornos físicos, como la conducción autónoma y los robots humanoides Optimus, con aplicaciones industriales, de servicio e incluso médicas a largo plazo.
No obstante, la promesa suena complicada en el contexto actual. NVIDIA, por ejemplo, envía millones de GPU de propósito general para IA cada año, destinadas a enormes granjas de servidores. Además, Tesla aún dependen de las GPU de NVIDIA para entrenar sus modelos de visión y conducción. A pesar del proyecto Dojo y sus chips internos, sustituir el volumen que gestiona un gigante como NVIDIA supone un desafío monumental.
Más allá de las declaraciones, el mensaje de Musk también parece una estrategia para reclutar talento en diseño de chips y en IA aplicada al hardware. En el texto publicado, invita a los interesados a enviar pruebas de sus habilidades a la compañía.
Mientras el mercado de chips de IA experimenta una explosión, con NVIDIA dominando centros de datos y empresas como Google y Meta desarrollando sus propios ASICs, Tesla busca situarse en un espacio único. Sus chips combinan procesamiento de sensores, visión artificial y control en tiempo real para vehículos y robots. Si logra escalar su producción a millones de unidades anuales, sin duda será un gran consumidor de silicio especializado en IA.
Sin embargo, hay incógnitas sobre cómo Tesla podrá fabricar sostenidamente sus chips AI4, AI5 y AI6, en qué nodo y con qué costes, y si podrá mantener un ciclo anual sin comprometer la estabilidad. A pesar de que la ruta hacia «fabricar más chips que todos los demás juntos» es incierta, el interés de Tesla en el control del hardware y el software de IA podría otorgarle una ventaja competitiva significativa en la creciente convergencia entre automoción, robótica y hardware de IA.
El tiempo dirá si Musk logra cumplir su promesa, pero por ahora, el sector tendrá un ojo puesto en los desarrollos de Tesla y en cómo responden los grandes fabricantes de semiconductores tradicionales ante este desafío.








