Por primera vez en la historia de Corea del Sur, un presidente en funciones se enfrenta a una orden de arresto, un acontecimiento sin precedentes que ha sacudido el panorama político del país asiático. La medida judicial es parte de una investigación en curso que involucra acusaciones de corrupción y abuso de poder. Este hecho destaca la creciente presión sobre los líderes políticos y el compromiso del país con la rendición de cuentas, mientras se desarrollan las investigaciones que podrían tener un impacto significativo en la política surcoreana y su percepción internacional.
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