Steve Witkoff y Kirill Dmitriev, figuras clave en el ámbito empresarial, están detrás de un controvertido plan de 28 puntos respaldado por Donald Trump para poner fin a la guerra en Ucrania. El plan, inicialmente favorable a Rusia, fue modificado gracias a las presiones de Ucrania y aliados europeos como Alemania y Francia, y eliminó varios puntos prorussos, lo que provocó descontento en Moscú. La propuesta refleja un enfoque mercantilista con acuerdos para gestionar fondos rusos congelados en inversiones para la reconstrucción de Ucrania. A pesar de su conocimiento empresarial y político, la falta de sensibilidad hacia las realidades del conflicto en Ucrania y los intereses ucranianos han suscitado fuertes críticas. Witkoff, leal a Trump desde hace años, y Dmitriev, habilidoso en tejer relaciones, encarnan intereses comerciales que perciben la política internacional como una extensión de los negocios, permitiendo fugas estratégicas de información en momentos críticos dentro de una compleja diplomacia internacional.
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